La Guerra Fría fue un enfrentamiento político, económico,
social, militar, informativo e incluso deportivo iniciado al finalizar la
Segunda Guerra Mundial, cuyo origen se suele situar en 1947, durante las
tensiones de la posguerra, y se prolongó hasta la disolución de la Unión
Soviética, entre los bloques occidental-capitalista liderado por Estados
Unidos, y el oriental-comunista liderado por la Unión Soviética. Las razones de
este enfrentamiento fueron esencialmente ideológicas y políticas.
Si bien estos enfrentamientos no llegaron a desencadenar
una guerra mundial, la entidad y la gravedad de los conflictos económicos,
políticos e ideológicos, que se comprometieron, marcaron significativamente gran
parte de la historia de la segunda mitad del siglo XX. Las dos superpotencias
ciertamente deseaban implantar su modelo de gobierno en todo el planeta.
Ninguno de los dos bloques tomó nunca acciones directas
contra el otro, razón por la que se denominó al conflicto «guerra fría».
En el sentido específico de señalar las tensiones
geopolíticas entre la Unión Soviética y Estados Unidos, el término Guerra Fría
ha sido atribuido al financiero estadounidense y consejero presidencial Bernard
Baruch. El 16 de abril de 1947, Baruch dio un discurso en el que dijo «No nos
engañemos: estamos inmersos en una guerra fría». El término fue popularizado
también por el columnista Walter Lippmann con la edición en 1947 de un libro
titulado Guerra fría.
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